Paintball, un juego de estrategia

domingo, 7 de septiembre de 2008


Una nueva modalidad se incluyó desde hace algunos años en el mundo de los deportes, combinando destreza y diversión en un juego que se practica entre dos equipos, haciendo del paintball una actividad que con los años suma cada vez más adeptos en el todo el mundo.

Convertido en una opción para compartir un buen rato entre amigos, mientras se experimenta la destreza y respuesta de cada grupo y participante frente a un desafío ajeno al mundo real pero extremadamente vivencial, el paintball propone un juego de estrategia y acción. Si bien hay diferentes estilos de juegos, el más común se presenta cuando un grupo de jugadores se divide en dos equipos para realizar “la captura de la bandera”, donde la misión es obtener la bandera del equipo contrario mientras se le impide capturar la propia. Los partidos normalmente tienen un límite de tiempo de entre 15 y 20 minutos, dependiendo del tipo de juego que se practique. Un jugador que es marcado por un paintball, es eliminado del juego, pudiendo ingresar nuevamente al comenzar un nuevo partido.

Cumpliendo con los estándares más exigentes de seguridad, adultos y niños de ambos sexos pueden participar del juego, en el que están en constante descarga de adrenalina, buen humor y camaradería entre cada uno de los miembros de los dos equipos que compiten, reviviendo el espíritu de aventura.

El juego, transformado en un deporte de gran auge mundial en la actualidad, requiere de la participación de dos equipos iguales, sin un número específico de participantes por lado pero sí equitativo, en el que cada competidor es equipado con vestimenta, una máscara protectora y una marcadora alimentada por dióxido de carbono (CO2), el elemento que dispara bolitas de pintura, también llamadas pellets, que al impactar en el contrincante se rompen, dejando una mancha.

Existen varios tipos de marcadoras, con distintos mecanismos. En muchos casos pueden usar diferentes gases como propelente, desde aire comprimido, CO2 o nitrógeno (N2). Entre las variedades de marcadoras que se conocen, están las denominadas pump, en las que el sistema requiere que cada vez que el participante quiera disparar un pellet, debe cargarlo manualmente con una corredera dispuesta para tal fin, convirtiéndose en las de mayor precisión. Otro tipo de marcadoras son las semi-automáticas, en las que, una vez amartilladas, se puede disparar cada vez que se aprieta el gatillo, permitiendo entre 8 y 15 tiros por segundo, aunque el gas que desperdician en recargarse resta eficiencia. Por último, están las marcadoras full-auto que disparan continuamente mientras se apriete el gatillo y las electrónicas, de alta tecnología, que se utilizan principalmente en el speedball por permitir 30 tiros por segundo.

El uso de las máscaras, diseñadas para proteger los ojos y la cara durante el juego, es un factor imprescindible en todo momento. De acuerdo a lo indicado en el reglamento difundido por la Asociación Argentina de Paintball (AAP), por cuestiones de seguridad, es obligatorio el uso de máscaras en las zonas que así lo ameriten, siendo obligación del campo donde se desarrolle el juego encargarse de que esto sea cumplido por todos los jugadores. Todas las máscaras, tanto las provistas por el campo como las utilizadas por quienes tengan marcadora propia, deben ser especialmente diseñadas para el deporte y aprobadas por la autoridad competente en su país de origen, estando absolutamente prohibido el uso de máscaras de manufactura casera o artesanal.

Otro de los atractivos que propone este deporte es el juego de escenario, también conocido como juegos de guerra, en los que se simulan escenarios históricos, donde intervienen tanques caseros, bazookas, morteros y minas terrestres. El uso de estos escenarios simulados permite practicar la toma de decisiones, examinando la capacidad de análisis y las reacciones grupales frente a situaciones límite planteadas desde el comienzo, en las que el grupo depende de todos los miembros para cumplir el objetivo de la mejor manera posible. En ocasión de los grandes juegos, se incluyen helicópteros para hacer patrullajes y reconocimiento.

Por último, pero no menos importante, se destaca la división por zonas del campo, donde cada sector cumple un objetivo determinado sin superponerse con los otros y que serán dadas a conocer por los respectivos carteles indicadores. Es así como las pautas de seguridad para la verificación de campos comerciales de paintball y realización de juegos oficiales, determina que el campo debe ser dividido en cuatro zonas: la zona de juego, donde se llevan a cabo todos los juegos y que está delimitada donde presente la posibilidad de ingreso de terceros ajenos al juego; la zona segura, donde los jugadores realizan cualquier actividad ajena al juego, donde está prohibido disparar las marcadoras; la zona de pruebas que los jugadores tienen disponible para la prueba de sus marcadoras, las cuales son cronometradas; y la zona de cargas, un sector que debe estar alejado del área de seguridad o aislada de la misma, y donde se realizan las cargas de las garrafas (tanques), con acceso únicamente para el personal calificado, y no para jugadores.

En todos los juegos siempre hay un árbitro que está en el campo controlando el desarrollo del partido, dando fuerza a las reglas de seguridad y del juego y ayudando a los jugadores con su equipo o cualquier duda.


Un juego en expansión

Según cuenta la historia, el paintball nació en la década del ´70, a partir del uso de pistolas que disparaban bolas con pintura para marcar ganado. Vista y tenida en cuenta como algo más que un procedimiento de trabajo, esta metodología comenzó a ser usada como forma de juego y se conformaron los primeros grupos de lo que terminaría siendo considerado como un deporte de nuestros tiempos, cada vez con mayor auge en todo el mundo.

En 1988 se creó la International Paintball Players Association (IPPA), y con su aparición el deporte fue expandiéndose y, a medida que crecía, se crearon los campos para desarrollar esta nueva forma de entretenimiento, siguiendo con el surgimiento de empresas que se dedicaron a fabricar y distribuir los elementos necesarios para la competencia.

Luego el paintball se extendió por el mundo, creándose campos en lugares como Rusia, China, Taiwán, Australia e Inglaterra, entre otros países.

En menos de una década este juego ha llegado a ser uno de los más atractivos del mundo, un deporte emocionante y divertido, que ya se extendió a más de 40 países y es practicado por millones de hombres y mujeres de todas las edades, razas y estilos de vida que juegan en igualdad de condiciones sin influir las características físicas o la capacidad deportiva de cada uno, ya que lo que importa es la cautela, inteligencia y táctica que utilicen.

En la Argentina, tras más de 15 años de juegos de paintball, y en vistas de su crecimiento, se conformó en 2004 la Asociación Argentina de Paintball (AAP) como parte de la iniciativa de un grupo de jugadores de varias provincias para promover, organizar y desarrollar actividades recreativas, deportivas y competitivas de juegos de paintball; dictar reglas para las competencias, capacitar árbitros y proporcionar a sus asociados asesoramiento sobre los elementos necesarios para la práctica de este deporte y su uso apropiado; difundir los juegos de paintball haciéndolos conocer como novedosa actividad deportiva y recreativa beneficiosa para la salud física y la distensión mental, estimulante del esfuerzo, la perseverancia y el compañerismo.

Julieta Muñoz

Para pensar

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