¿Quién no soñado alguna vez con viajar a través del tiempo, llegar a conocer a nuestros padres de jóvenes, o ver qué suerte nos depara los años venideros? Partiendo de estas ideas, tan comunes en niños, jóvenes y no pocos adultos, el director Robert Zemeckis dio vida a una de las trilogías cinematrográficas más taquilleras y exitosas de la historia: Volver al Futuro (Back to the future).
Si bien el viaje por el tiempo no era original, Zemeckis logró su propia identidad a través de un guión atractivo, ingenioso y divertido, una producción de alta calidad –secundada por Steven Spielberg- y actuaciones brillantes.
La primera parte de la historia transcurre en 1985, en Hill Valley, California, donde un científico loco, Emmet Brown (Christofer Lloyd) inventa una máquina del tiempo a partir de un automóvil De Lorean y se lo muestra a su amigo, Marty McFly (Michael J. Fox). A partir de allí, una serie de situaciones desembocan en un viaje accidental y solitario de Marty hacia
La segunda versión (1989) se centra primero en el viaje hasta 2015 de Marty y su novia Jennifer, quienes logran conocer su vida futura, casados y con hijos, y una segunda parte en una Hill Valley de 1985 alternativa y aterradora, generada por un desacierto de Marty. Así, el joven y el Doc deben viajar de nuevo a 1955 para enderezar la historia.
La tercera y última parte (1990) transcurre en el lejano Oeste de 1885, adonde Marty viaja para rescatar al científico, llegado hasta allí accidentalmente. Ambos deberán superar serios obstáculos antes de emprender el regreso: Marty, un duelo a muerte con el pistolero más rápido de la zona, y Emmet Brown la llegada del amor.
El final muestra a un Marty de regreso a su vida normal, un De Lorean destruido, y un Emmet Brown, que se ha quedado con su amada en el Lejano Oeste pero que vuelve, esta vez en una locomotora convertida en máquina del tiempo para decirle a su amigo: “El futuro puede ser cambiado, todo depende de tus decisiones”.
Volver al futuro I, II y III podrá ser juzgada en cuanto a su argumento, o por ser simplemente comercial, pero lo cierto es que ha logrado marcar a una generación, y que a pesar de los años y la cantidad de veces vista, no perderá su poder de entretenimiento y diversión, así como nunca sucederá con la capacidad misma de soñar.